¿Qué hacen los riñones?
Los riñones filtran la sangre, eliminando el exceso de agua, sal y toxinas para convertirla en orina. La sangre limpia sale de los riñones y vuelve al cuerpo.
¿Qué es la insuficiencia renal terminal?
La enfermedad renal terminal (ERT), también conocida como enfermedad renal en fase terminal, se produce cuando los riñones dejan de funcionar lo suficientemente bien como para mantener a una persona con vida. El agua, la sal y las toxinas sobrantes se quedan en la sangre y la persona deja de orinar.
Esto hace que la persona se hinche. La presión arterial aumenta. Las toxinas y las sales actúan como venenos. Sin tratamiento dialítico, la ERT causará la muerte.
¿Qué es la diálisis?
La utilización de un riñón artificial mecánico para eliminar el exceso de agua, sales y toxinas se denomina diálisis. A veces puede hacerse en casa, pero lo más habitual es que un paciente con ERT acuda a una clínica de diálisis unas tres veces por semana. En la hemodiálisis, la sangre del paciente pasa por un tubo que conecta con el brazo con la máquina de diálisis. Durante unas tres o cuatro horas, el paciente estará conectado a la máquina, que puede tener el tamaño de un mini-frigorífico hasta el de una lavadora. En ese tiempo, toda la sangre del paciente circulará por la máquina y volverá al cuerpo a través de otro tubo.
Y eso soluciona el problema, ¿verdad?
No, no es así. Hacerse la diálisis tres veces por semana es como poder orinar sólo tres veces por semana. Entre un tratamiento y otro, los líquidos, las sales y las toxinas se acumulan, causando muchos problemas hasta el siguiente tratamiento. La presión arterial del paciente puede ser muy alta y provocar una neumonía. El hecho de tener que bombear todo el volumen de sangre del cuerpo y volver a introducirlo en el espacio de 3-4 horas es muy duro para el cuerpo. Los pacientes se fatigan mucho. Tienen calambres y dolores y muchos otros efectos secundarios. También son frecuentes las infecciones y los coágulos de sangre.
Las máquinas de diálisis que se utilizan hoy en día no pueden limpiar todas las toxinas como lo hace un riñón natural. Así que los pacientes tienen que tener mucho cuidado de no comer ciertos alimentos como el zumo de naranja, los plátanos, la pizza, cualquier cosa con sal añadida y una larga lista de otros alimentos. Porque esos alimentos producen toxinas que la máquina de diálisis no puede limpiar. Los pacientes también tienen que tomar un montón de pastillas cada día para manejar algunas de las toxinas que las máquinas no pueden eliminar.
Entonces, ¿por qué no se hacen todos los trasplantes de riñón?
Para conseguir un trasplante, el paciente tiene que conseguir un donante. Simplemente no hay suficientes donantes de órganos disponibles para todas las personas que lo necesitan. En 2018, más de 100.000 personas estaban en lista de espera para un trasplante de riñón, pero solo se realizaron realmente unos 20.000 trasplantes.